una de las cosas mas difíciles que me tocó hacer fue auto-convencerme de que algo no funcionaba para poder hacérselo creer a otra persona.
sin dudas es una tarea difícil, porque si no decís algo convencido de que lo pensás, la otra persona puede notar que mentís o que le querés hacer creer algo que no es.
más difícil aún es auto-convencerte de una decisión que te va a doler tomar, ya sea por A, B o C quizás es la decisión acertada, o tal vez no, quizás estás dándote por vencido sin pelearla más tiempo.
incluso peor que esta tarea de auto-convencimiento es ir contra tu propia forma de ser, el hecho de saber que al decidir algo estás yendo contra ciertos "principios" es más fuerte todavía, fuerte, doloroso, ponele el adjetivo que te resulte más conveniente, pero seguro no es uno diferente de los que te digo.
ahora está la otra cara de esta moneda..
que hacés cuando ese auto-convencimiento desaparece de tu cabeza?
porque mal o bien, te la terminás creyendo esa idea, bah al menos me pasó a mí, y ahí es cuendo empiezan las dudas de si lo que hiciste fué correcto o no, pero lo peor es que empieza el hecho de extrañar, si, eso mismo, extrañar a la persona que convenciste de ciertas cosas.
acá tendría que seguir escribiendo como afrontar ese problema, pero como todavía no sé como hacerlo, voy a tener que dejarlo en blanco.
si es que llegas a leer esto, quiero que sepas que te extraño, si, mucho.